Juegos tradicionales para la noche más mágica del año
Paila jeherẽi: ¿Te animas a lamer la paila? Con una moneda pegada con caramelo de azúcar en una sartén, se intenta luego despegarla utilizando solo la boca. Siempre con las manos atrás o atadas.
Kambuchi jejoka: Parecida a la popular piñata, en este juego se trata de romper un cántaro o vasija de barro que contiene dulces o premios en su interior.
Kasamiento Koygua: Alguien paga a los cupidos de turno para que tengas una boda ficticia con tu pareja o amigo.
Judas Kái: La quema de un muñeco de trapo que representa un personaje popular y no muy querido por el pueblo en la actualidad.
Pelota tata: ¿Un partidí a pura adrenalina? En este juego se empapa una pelota vieja o de trapo con un poco de gasolina, u otro líquido inflamable y la idea es chutarla bien lejos de uno mismo para evitar quemarse con la misma.
Anillo en el vaso: Con una anillo alianza de una persona ya casada, se deja repicar el mismo colgado de la hebra de un cabello de la interesada sobre y dentro de un vaso de agua. Según cuantas veces suenan los repiques, esos serán los años que le falten para casarse.
La prueba de la vela: Goteando una vela sobre el agua, se formará la inicial del próximo marido o esposa.
El cuchillo en la planta del banano: A las 12H del 23 de junio se introduce un cuchillo que sea oxidarse en la planta de banana y se retira a las 12H del 24. La letra dibujada por el óxido será las iniciales del futuro marido o esposa.
Espejo nuevo: Observa tu reflejo a la media noche del día 24 y podrás ver el rostro de tu futuro esposa o esposa en ese instante. Si no logras ver nada, es porque la muerte llegara antes.
El nombre: Pregunta su nombre a la primera persona que ves en la mañana del 24 y las iniciales de dicha nombre será la inicial de tu futura pareja.
El gallo y el maíz: Para hacerlo con las amigas. Dejar en ayunas a un gallo desde la víspera de San Juan el día 23 y al día siguiente, el 24 al mediodía. Soltar al mismo en un patio o lugar cercado donde previamente cada amiga habrá puesto un montículo de maíz. Cada una sabe cuál es el suyo y observan desde la distancia cuál será el primer bocado del gallo. A la dueña del primer maíz que el animal se acerque y coma, es quien se casará ese mismo año.