Por Claudio Velázquez.
Noviembre de huelgas
Antes de que la dictadura permeara dentro de los sistemas organizacionales de cada sindicato, antes de la vigencia de la nefasta Ley N° 294/1955 y principalmente antes de que el miedo se instalara en la sociedad para frustrar cualquier módulo de organización sindical, existió en el Paraguay social y laboral importantes organizaciones de trabajadores.
Es sabido que a fines del siglo XIX, panaderos y hasta peluqueros tuvieron sus días de reclamo, buscando reivindicaciones más justas que consoliden una verdadera equidad de derechos alcanzados. En este grupo de reclamos, noviembre de 1918 será un mes que pasará a la historia por un reclamo particular: el de mujeres del mercado.
En ese mes, el Intendente Municipal prohibió en sectores del mercado la cocción de alimentos. Para aquel entonces era una práctica más que fundamental la de cocinar alimentos en cada rincón del mercado; incluso hoy lo sigue siendo. Basta pensar esto para dimensionar el impacto.
Las manifestaciones llegaron al punto de aprehenderse a algunas de las mujeres; medios como El Diario apoyaban las manifestaciones de las trabajadoras. Al cabo de una semana, la máxima autoridad municipal renuncia y la prohibición es dejada sin efecto. Al término de esta serie de manifestaciones y una vez resuelta la cuestión, las mujeres entregaron en las calles una flor, principalmente a los que las apoyaron en su lucha. Las flores llegaron a agotarse aquel noviembre en el mercado.
Tanto es el interés por esta historia, que en algún momento llegó a ser parte de una obra teatral en el extranjero. Hace unos años despertó el interés de artistas de Córdova, quienes llevaron en puesta teatral estas jornadas de manifestación.
