Claudio Velázquez @claudiovelaz
Un capítulo oscuro de la historia paraguaya que demuestra cómo el país se convirtió en refugio de criminales nazis después de la Segunda Guerra Mundial.
En los anales de la historia paraguaya existen capítulos que preferiríamos olvidar, pero que la responsabilidad histórica nos obliga a recordar y analizar. Uno de estos episodios involucra la presencia en territorio nacional de uno de los criminales de guerra más brutales del régimen nazi: Dinko Sakic, comandante del campo de concentración de Jasenovac y responsable del asesinato de miles de personas durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta historia, investigada y presentada por el historiador Claudio Velázquez, especialista en Historia Militar, no solo ilumina un pasado incómodo, sino que nos obliga a reflexionar sobre las decisiones políticas que convirtieron a Paraguay en refugio de fugitivos nazis en la posguerra.
Más allá de Mengele: La verdadera dimensión del problema nazi en Paraguay
Desmitificando la narrativa simplificada
Como señala Velázquez en su investigación:
“Quisiera tener el atrevimiento de salir un poco el presente mes de las conmemoraciones, hurgando documentos y artículos, encontré una interesantísima historia que quisiera compartirla con todos. Cuando hablamos de nazis en el Paraguay generalmente nos quedamos con la imagen de un Mengele o un Hans Rudel. Es importante saber en ese sentido, que la cuestión nazi en el Paraguay va más allá de la presencia de estos, y que incluso uno de los más terroríficos grupos nazis estuvo presente en el Paraguay al término de la Guerra: los Ustachas.”
Esta reflexión es fundamental para entender que la presencia nazi en Paraguay no se limitó a los casos más mediáticos, sino que abarcó una red mucho más amplia y siniestra de criminales de guerra.
Los Ustachas: Terror puro en los Balcanes
La investigación revela detalles escalofriantes sobre este grupo:
“La historia recuerda como los nazis más crueles a los colaboracionistas de países ocupados por los nazis, aliados que buscaban quedar bien con el alto mando nazi. Uno de los grupos más crueles fueron los Ustacha croatas (solo miren la imagen como asesinaban). Uno de sus líderes más terribles fue Dinko Sakic, responsable del asesinato de 2000 personas en Yugoslavia.”
La metodología del horror: Los crímenes de los Ustachas
Sadismo institucionalizado
El testimonio histórico documentado por Velázquez presenta evidencia perturbadora:
“El grupo Ustacha acostumbraba a llegar a la crueldad extrema, sacaban los ojos a sus víctimas y los juntaban en cestos. Algunos líderes tenían collares de orejas y lenguas de sus asesinados. Dato curioso, para ser un Ustacha se venía un rito de iniciación en donde el adherente llevaba un crucifijo, una vela, una granada y una daga.”
El componente más macabro
La dimensión más escalofriante de estos crímenes:
“Mataban a niños frente a sus padres, y las niñas se llevaban la peor parte al ser violadas previo a la muerte.”
Estos detalles, aunque difíciles de procesar, son fundamentales para comprender la magnitud de los crímenes de quienes encontraron refugio en Paraguay.
Dinko Sakic: De comandante de campo de concentración a refugiado en Paraguay
Los años de impunidad
La investigación de Velázquez documenta cómo Sakic logró evadir la justicia:
“Sakic huye, esquiva la prisión hasta 1947, año en el que finalmente huye a Argentina donde trabaja en una industria textil. El Ustacha vivió sin ser molestado por nadie y reconociendo su identidad sin problema, es aquí donde se menciona que varias veces cruzó la frontera a Paraguay, donde entabló amistad con el presidente Alfredo Stroessner. Mencionado por el New York Times en una publicación de Douglas Martin.”
La conexión con Stroessner
Este detalle es particularmente significativo, ya que establece una conexión directa entre criminales de guerra nazis y la más alta autoridad política paraguaya de la época. La “amistad” entre Sakic y Stroessner no fue casual, sino parte de una política deliberada de refugio para fugitivos nazis.
El final tardío de la justicia
Décadas de vida libre
La historia de Sakic muestra cómo la justicia internacional puede tardar, pero eventualmente llegar:
“En el año 1998 la polémica estalla, y el entonces presidente Carlos Menem arresta a Sakic, es llevado a Croacia, donde se lo enjuicia y condena por sus crímenes. Estuvo preso hasta el 2008, año en el que muere por problemas cardíacos.”
Un reconocimiento tardío pero significativo
Incluso en sus últimos años, Sakic mantuvo una actitud desafiante:
“Aún después de condenado afirmó ‘Estoy orgulloso de lo que hice y lo volvería a hacer. Jasenovac era una institución jurídica basada en la ley, donde se internaba a todos aquellos que demostraron haber trabajado por la destrucción del estado croata y que habían sido peligrosos para el orden público y la seguridad’.”
Paraguay como refugio nazi: Un análisis histórico necesario
Política deliberada, no casualidad
La presencia de criminales como Sakic en Paraguay no fue accidental. Formó parte de una política sistemática que convirtió al país en uno de los principales refugios para fugitivos nazis en América Latina.
Las implicaciones para la soberanía nacional
Esta política tuvo consecuencias profundas:
- Compromiso de la imagen internacional: Paraguay quedó asociado internacionalmente con la protección de criminales de guerra
- Precedente peligroso: Se estableció la tradición de proteger a fugitivos internacionales por razones políticas
- Daño moral: El país se convirtió en cómplice pasivo de algunos de los crímenes más atroces del siglo XX
La importancia de recordar estas historias
Lecciones para el presente
Como señala Velázquez, estas no son simplemente anécdotas históricas, sino lecciones fundamentales:
- Responsabilidad internacional: Los países no pueden servir como refugios para criminales internacionales
- Justicia universal: Los crímenes contra la humanidad no prescriben y deben ser perseguidos sin importar el tiempo transcurrido
- Memoria histórica: Recordar estos episodios es fundamental para evitar su repetición
El rol del historiador
La investigación de Velázquez cumple una función social crucial: iluminar capítulos oscuros que algunas narrativas oficiales prefieren mantener en las sombras.
El contexto regional: Paraguay no estaba solo
Una red sudamericana
Paraguay formó parte de una red más amplia de países sudamericanos que sirvieron como refugio para nazis:
- Argentina: El destino más conocido, con figuras como Adolf Eichmann
- Brasil: Refugio de Josef Mengele durante décadas
- Chile: Hogar de criminales como Walter Rauff
- Uruguay: Punto de tránsito y refugio temporal
La Operación Paperclip y sus consecuencias
Esta red de refugio se relacionó con operaciones de inteligencia de la Guerra Fría, donde antiguos nazis fueron considerados “activos útiles” contra el comunismo.
Reflexiones sobre la justicia histórica
El caso Sakic como paradigma
La historia de Dinko Sakic encapsula varios elementos importantes:
- La impunidad prolongada: Vivió libre durante más de 50 años
- La protección estatal: Gozó de la protección de gobiernos en Argentina y Paraguay
- La justicia tardía: Finalmente, fue juzgado, aunque en sus últimos años
- La falta de arrepentimiento: Mantuvo sus convicciones hasta el final
Lecciones para la justicia internacional
Este caso demuestra tanto las limitaciones como las posibilidades de la justicia internacional:
- Limitaciones: La dependencia de la voluntad política de los estados
- Posibilidades: La capacidad de perseguir crímenes décadas después de cometidos
La responsabilidad del presente
Memoria activa vs. olvido conveniente
La investigación de Velázquez nos confronta con una responsabilidad incómoda pero necesaria: la de mantener viva la memoria de estos episodios oscuros.
Educación histórica
Es fundamental que estas historias sean:
- Documentadas: Con rigor académico y evidencia sólida
- Enseñadas: En el sistema educativo nacional
- Discutidas: En el debate público nacional
- Recordadas: Como advertencia para futuras generaciones
La historia como responsabilidad ciudadana
La investigación sobre Dinko Sakic y su paso por Paraguay nos recuerda que la historia no es solo una disciplina académica, sino una responsabilidad ciudadana. Como sociedad, tenemos la obligación de conocer y reconocer nuestro pasado, incluso cuando este sea incómodo.
La presencia de criminales nazis en Paraguay no puede ser borrada de la historia, pero sí puede ser comprendida, analizada y convertida en aprendizaje para construir un futuro más ético y responsable.
El trabajo de historiadores como Claudio Velázquez es fundamental para mantener viva esta memoria crítica y asegurar que las lecciones del pasado no se pierdan en el olvido conveniente.
Recordar no es solo un acto de justicia hacia las víctimas; es un acto de responsabilidad hacia el futuro.
Esta investigación aparece en la sección “El Historiador” de la Gaceta Parnasus, Vol. 11, diciembre 2021, y fue realizada por Claudio Velázquez, especialista en Historia Militar.
Claudio Velázquez @claudiovelaz