Por Claudio Velázquez @claudiuvelaz
Una investigación histórica revela los detalles ocultos de la tragedia que marcó el preludio de la Guerra del Chaco, cuando manifestantes desarmados fueron asesinados por guardias del gobierno en el corazón de Asunción.
EL HISTORIADOR
LA TRAGEDIA PREVIA A LA GUERRA DEL CHACO
Sin duda una de las fechas más comentadas en la historia del Paraguay del siglo XX es la trágica jornada de 23 de octubre de 1931. La matanza de manifestantes frente al Palacio de Gobierno, manifestantes que reclamaban al gobierno una mayor actuación en torno a la amenaza boliviana en el Chaco.
Mucho se ha hablado del episodio manchado por manifestaciones y represiones, en las puertas del mayor conflicto internacional en la Sudamérica del siglo XX.
Los datos que la historia oficial prefiere omitir
ALGUNOS DE LOS DATOS IMPORTANTES DE ESTA JORNADA:
Las dos versiones en conflicto:
Existen 2 campanas principales en este sentido del hecho. Por un lado la obra de Enrique Volta Gaona que responsabiliza completamente al gobierno liberal de José P. Guggiari de las represiones y masacres juveniles de aquella jornada.
Por otra parte, se encuentra la obra del historiador Efraín Cardozo llamada “23 de octubre”. Cardozo habla de que esa manifestación no fue algo espontáneo ni exclusivamente estudiantil, de hecho había de una fuerte influencia política. Se menciona como a algunos de aquellos inestabilizadores a Juan Stefanich e incluso a Rafael Franco, este último había intentado un golpe militar en abril de ese mismo año.
Los antecedentes: la tensión creciente
El día jueves 22 de octubre ya los estudiantes se habían manifestado, contaban con una autorización del CNC para el efecto. No obstante, el día 23 no hubo autorización alguna. En la jornada del 22, ya con una fuerte influencia política, entre otros hechos los manifestantes se dirigen al domicilio del presidente José P. Guggiari, ubicado en la actual Yegros casi Herrera donde arrojan piedras.
23 de octubre: el día que cambió todo
Durante este día, (23 de octubre) mientras los alumnos del CNC pasan por la Escuela Normal Presidente Franco, salen de ellas los señores Natalicio González (colorado) y Anselmo Jover Peralta (comunista), dos de los principales políticos detractores del entonces gobierno de J. P. Guggiari y se unen a la turba que va arrojando piedras hacia algunos edificios.
La escalada de violencia: cuando el diálogo se volvió imposible
Dada la situación de tensión, el capitán José Bozzano, entonces director de la Marina, manda instalar una ametralladora liviana Madsen en la parte alta del Palacio, la misma estaba al mando del armero de 3ª Epifanio Vásquez. Un aproximado de 51 guardias estaban prestos a la defensa, frente a aproximadamente 400 manifestantes.
La tragedia anunciada: testimonio de los sobrevivientes
Según peritos (Serebriakoff) ni una sola de las personas muertas y heridas frente al Palacio de Gobierno fue tocada por balas de la ametralladora mencionada en el punto 4. Los muertos se hallaban distantes unos a otros, lo que no hubiera ocurrido si la ametralladora hubiese hecho fuego contra los manifestantes. La trayectoria de las balas no era de arriba abajo, sino que era horizontal, es decir, las balas provinieron de los guardias.
El momento del horror: testimonios directos
Los disparos provenían efectivamente de la guardia, que al romperse el cordón realizó 3 series de 5 a 6 disparos. Hubo 8 muertos y 24 heridos.
El Dr. Gerónimo Zubizarreta, testigo de lo acontecido da cuenta de unos puntos importantes: la turba gritaba “que muera Guggiari, abajo Guggiari”, la agresión de los manifestantes fue tal que en un momento un comisario es derribado de una piedra en la cara. Entre los manifestantes se oyó un disparo de arma y lo último y no menos importante: un grupo de niños era puesto al frente.
Con respecto al disparo, el oficial ruso Serebriakoff testigo de lo acontecido menciona que se trataban de 2 personas con armas de fuego, que disparaban hacia el Palacio.
La orden fatal
En el peor momento de tensión, los guardias hacen disparos intimidatorios al aire, pero ante la falta de reacción los mismos disparan contra los manifestantes. Inmediatamente el mismo José P. Guggiari, que se encontraba en el Palacio, ordena un alto al fuego.
Las consecuencias políticas: un juicio que no llegó
Las causas atribuidas a José P. Guggiari en el posterior juicio político, fueron 3: Mal desempeño de funciones, comisión de delitos comunes, comisión de delitos en el desempeño de sus funciones. Sobre estas 3 causas, el Congreso resolvió en el juicio que no hay lugar a formación de causa.
El contexto geopolítico: Paraguay indefenso ante la amenaza
Un tema importante a tener en cuenta, es la supuesta indefensión del Paraguay previa a la Guerra del Chaco. El Paraguay venía preparándose desde la segunda mitad de la década de 1920, había fundado fortines, comprado armamentos y capacitado a sus oficiales en el extranjero, y dato más notable, poco tiempo después de los episodios de 23 de octubre, llegarían los 2 modernos buques de guerra el Humaitá y el Paraguay.
Dos cañoneras construidas en Europa, con la mejor tecnología existente en ese entonces. No hubo tal indefensión.
La memoria histórica que incomoda
La masacre del 23 de octubre de 1931 representa uno de los episodios más controvertidos de la historia paraguaya del siglo XX. No solo por la tragedia en sí misma, sino por cómo la narrativa oficial ha manipulado los hechos para servir a intereses políticos posteriores.
La construcción del mito patriótico
La versión dominante, influenciada por la obra de Enrique Volta Gaona, presenta a los manifestantes como patriotas desarmados que exigían defensas contra la amenaza boliviana. Sin embargo, la investigación de Efraín Cardozo y los testimonios de testigos como Serebriakoff y Zubizarreta revelan una realidad más compleja: una manifestación políticamente orquestada que escaló hacia la violencia.
Los niños como escudos humanos: una táctica aberrante
Uno de los aspectos más perturbadores del testimonio del Dr. Zubizarreta es la confirmación de que “un grupo de niños era puesto al frente” de la manifestación. Esta táctica, utilizada para generar mayor impacto emocional y político, revela el nivel de manipulación al que llegaron los organizadores.
El mito de la indefensión paraguaya
La narrativa tradicional presenta a Paraguay como un país indefenso ante Bolivia, utilizando esta supuesta vulnerabilidad para justificar las manifestaciones. Sin embargo, los datos históricos demuestran que Paraguay había estado preparándose militarmente desde 1925, con fortines, armamentos modernos y oficiales entrenados en el extranjero.
Conclusión: la historia que necesitamos recordar
El 23 de octubre de 1931 no fue simplemente una manifestación estudiantil reprimida brutalmente. Fue el resultado de una escalada política calculada que terminó en tragedia cuando la violencia se descontroló. Los 8 muertos y 24 heridos no fueron víctimas de una ametralladora, sino de disparos horizontales de guardias que perdieron el control de la situación.
Esta revisión histórica no justifica los disparos contra manifestantes, pero sí exige una comprensión completa de los eventos. Solo entendiendo la complejidad política, la manipulación mediática y las responsabilidades compartidas podemos evitar que la historia se repita.
El Paraguay necesita una memoria histórica honesta, no mitológica. Y esa honestidad comienza por reconocer que el 23 de octubre de 1931 fue, ante todo, una tragedia evitable que marcó el preludio sangriento de la Guerra del Chaco.
Investigación de la sección “El Historiador” de Gaceta Parnasus, basada en fuentes documentales y testimonios de época.
Fuentes:
- José Luis Martínez Peláez, 28 de octubre de 2018, Serie: Lo que usted no sé contaron del 23 de octubre.
- https://apps.meolo.gov.py/tanto-descrito-tan-documentado-inflado-total-5740
- Velázquez, P. E. (1968). Cardozo, Efraín* de octubre: Una página de Historia Contemporánea del Paraguay (Book Review)
- Cardozo, E., & Cardozo, E. (1988) El 23 de octubre. Buenos Aires: Editorial Guaraí.
- Cardozo, E. (1965). Breve historia del Paraguay. Univ. de Buenos Aires.