Por Manuel Vegega
ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE
Un “amor inusitado”, la dictadura, el periodismo y sus obras.
¿De dónde se originó su pasión por los libros y la literatura?
No es fácil descifrar el origen de la vocación. Octavio Paz escribió: “Las vocaciones son misteriosas: ¿Por qué aquel dibuja incansablemente en su cuaderno escolar, el otro hace barquitos o aviones de papel, el de más allá construye canales y túneles en el jardín o ciudades de arena en la playa, el otro forma equipos de futbolistas y capitanea bandas de exploradores o se encierra solo a resolver interminables rompecabezas? Nadie lo sabe a ciencia cierta; lo que sabemos es que esas inclinaciones y aficiones se convierten, con los años, en oficios, profesiones y destinos. El misterio de la vocación poética no es menos, sino más enigmático: comienza con un amor inusitado por las palabras…”.
En mi caso, es posible que ese “amor inusitado” se iniciara con los libritos de cuento que mi padre me acercaba. Tendría 12 o 13 años cuando de la pequeña biblioteca de una tía saqué al azar un libro. Lo leí sin descanso y con asombro. Me atraparon totalmente las fantásticas aventuras que encendían mi imaginación. Mucho tiempo después, me enteré de la importancia histórica y literaria de ese libro. Se trataba nada menos que de “La Odisea”, de Homero. Tal vez si consultaba con mi tía no me iba a permitir su lectura por el prejuicio que se tiene de los clásicos como iniciación para la lectura y el deleite.
En la actualidad es ampliamente reconocido como un luchador por la libertad de expresión durante la dictadura. Con esta invaluable experiencia de vida, ¿cuáles considera que fueron los cambios significativos en el ejercicio del periodismo y la literatura con la llegada de la democracia al Paraguay?
Las creaciones literarias y artísticas tienen alas para volar muy lejos, pero necesitan del aire que despliegue esas alas. Sin libertad se puede hacer periodismo, desde luego, pero nunca tendrá la calidad que la sociedad necesita para informarse. La calidad tiene que ver con el contenido de las informaciones y de las opiniones. En el Paraguay hemos sufrido largas y terribles dictaduras. Así también nunca, como ahora, hemos disfrutado de una democracia, aunque muy imperfecta, tan prolongada.
Hoy es posible que los periodistas y literatos no estén a la espera de que vengan a llevarle presos por la incomodidad que causan sus prédicas a los gobiernos. La libertad no es garantía de un buen periodismo o una buena novela; pero tienen más posibilidades de desarrollarse.
“Sin libertad se puede hacer periodismo, desde luego, pero nunca tendrá la calidad que la sociedad necesita para informarse.”
¿Cómo recibió la censura a su obra literaria por parte de la dictadura?
Toda censura es un hecho desagradable. Significa, en el caso literario o artístico, que el gobierno se atribuye funciones que no le corresponde con la agravante de dañar la libertad de expresión. Desde la razón, no se concibe que un funcionario maneje la libra para estropear, o hacer desaparecer, aquello que nace del intelecto y del espíritu. Además, tiene que ver con la tolerancia, sin la cual no es posible avanzar en sociedad. Las dictaduras practican la censura por un mero complejo de inferioridad ante el talento y la belleza.
“Las dictaduras practican la censura por un mero complejo de inferioridad ante el talento y la belleza.”
¿Sintió que su vida llegó al punto de peligrar por su trabajo periodístico y literario?
Nunca tuve la sensación de que la censura podría arruinar mi vida literaria. Tal vez, a lo sumo, un obstáculo, pero siempre pasajero. Recuerdo la anécdota de un humorista argentino, muy inteligente, a quien la dictadura militar le clausuró su revista. Cuando se restableció la democracia, y con ella las libertades públicas, el humorista regresó a su oficio. Entonces un colega le preguntó qué pensaba del dictador. Nada, respondió, ahora ya no es dictador y yo sigo siendo humorista.
¿Por qué eligió abordar el tema de los procesos de San Fernando en el marco de la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza?
Me ha gustado siempre leer acerca de la historia de nuestro país. Desde 1537 hasta aquí, hay episodios en abundancia que son excelentes novelas, no por la ficción —que no lo son— sino por sus características asombrosas. El caso de San Fernando, es uno de ellos. Posiblemente, sea la página más negra de la historia de la guerra del setenta. Quizás por ello, los historiadores han pasado corriendo por encima de las crueldades e injusticias que se padecieron en esos largos momentos. De todos modos, es un buen tema para la literatura y el teatro. Cada personaje que desfilaba por el pelotón de fusilamiento ha sido un mundo autónomo de grandeza. La miseria, entonces, estaba en la otra esquina.
“Hay episodios en abundancia que son excelentes novelas, no por la ficción —que no lo son— sino por sus características asombrosas. El caso de San Fernando, es uno de ellos.”
¿Cree que es hora que la literatura paraguaya pase a otra temática más allá de las guerras y las dictaduras de la historia de nuestro país?
Siempre es hora. De hecho, nuestra literatura tiene tal variedad que la historia ocupa un modesto lugar.
¿Cuál es la obra literaria de su autoría que le causó mayor satisfacción? ¿Y por qué?
Podríamos, en todo caso, dividir la satisfacción: esa que nace del libro más vendido y la que, sin casi venderse, es la que más le gusta a su autor. Pero en ambos casos, el regocijo confluye en el autor con la misma fuerza; hasta diría con el mismo cariño. A fin de cuentas, son hijos de un mismo padre y fueron concebidos con amor, paciencia, perseverancia. “Un viento negro” me permitió acceder al premio nacional de literatura; pero mi primera novela, “Función Patronal”, casi desconocida, me sirvió para recordar, para revivir mi niñez con humor y alegría.
En 2013 recibió el Premio Nacional de Literatura, que se sumó a los múltiples galardones que recibió en su vida. ¿Qué recuerda de aquel grato momento?
Recuerdo con gratitud a quienes decidieron que se premiase esa novela, y a quienes me acompañaron en ese acto. Fue el compromiso de seguir escribiendo. Y lo estoy haciendo.
¿Desea brindar algún mensaje para los nuevos y futuros escritores paraguayos?
Más que enviarles mensajes, que no los necesitan, es desearles éxitos.
“El misterio de la vocación poética no es menos, sino más enigmático: comienza con un amor inusitado por las palabras”.